El futuro de los coches eléctricos se decidirá en los próximos tres años. Al menos, así lo han asegurado en declaraciones públicas en reiteradas ocasiones voces autorizadas como el CEO de Jaguar Land Rover y el Director de I+D del grupo Volkswagen. La razón principal está en la industria auxiliar y en su incapacidad para seguir el ritmo de demanda del sector.
Los rumores dicen que la escasez de abastecimiento de baterías y el coste de crearlas marcará el futuro de los coches eléctricos a corto y medio plazo
Según comentan, uno de los casos más graves es el de la fabricación de baterías. La provisión de estas es relativamente escasa y supuestamente limita el crecimiento de la venta de vehículos eléctricos.
Esta limitación es un obstáculo para la popularización del vehículo eléctrico y su uso preferente respecto a otras tecnologías como las que precisan combustibles fósiles.
El grupo Wolkswagen tiene la intención de lanzar 35 modelos de coches eléctricos en España en los próximos años. Y otras compañías automovilísticas también tienes planes de futuro ambiciosos. Sin embargo, la falta de aprovisionamiento de baterías eléctricas podría complicar estos planes.
Ya hace 2 años el Director de I+D del grupo Volkswagen hizo declaraciones al respecto. Entonces señaló que la industria necesitaría una capacidad de producción de baterías equivalente a 40 Gigafactorías de Tesla. Por aquel entonces asumió que eso no sería posible al menos hasta el 2025. En ese momento ignoraba las dificultades económicas por las que tiempo después pasaría Tesla y que, si bien no es su suministrador, sí que podrían suponer un lastre para el sector.
En febrero de este 2019 Tesla anunció despidos en su compañía. Concretamente se desprendieron del 7% de su plantilla. Incluso señalaron que el futuro de la compañía estaba en juego.
Actualmente el futuro inmediato de los coches eléctricos depende en gran medida de cómo le vayan las cosas a Tesla. Deberán pasar aún al menos tres años para que la dependencia de los fabricantes de automóviles respecto a la compañía de baterías no sea tan grande y haya en el mercado nuevos fabricantes de baterías confiables que puedan asumir grandes producciones.
Garantizar el futuro de la compañía de Elon Musk a través de una mejor tecnología y una producción más ágil mejoraría el futuro del coche eléctrico. Concretamente se facilitaría la ampliación de la fabricación de este tipo de vehículos y, por tanto, la facilidad para acceder a ellos, su abaratamiento y la implantación de una red más completa de electrolineras y puntos de carga.
No son los problemas de Tesla los únicos causantes de la falta de baterías para abastecer las demandas del sector automovilístico. A inicios de este 2019 también se pronunció sobre esta cuestión el VP de coches eléctricos de Renault. Este se congratuló del crecimiento en un 31% de la venta de coches eléctricos en Europa. Pero aludió a las tensiones y problemas con los fabricantes de baterías.
Buena parte de la esperanza para el futuro inmediato del sector está en LG Chem, proveedor de marcas como Volkswagen o Renault. Este ha anunciado inversiones millonarias para alcanzar una producción para surtir de baterías a 300.000 vehículos en 2021.
Pero para la producción de baterías para vehículos eléctricos son necesarias materias primas como el litio y el cobalto. Estas han visto incrementado su precio en los últimos tiempos. La apuesta por alternativas que dependan menos de estas, como la tecnología níquel-cobalto-aluminio, o la búsqueda de mercados más estables que aprovisione de estas como el filipino, junto a la llegada de nuevos inversores y la creación de grupos como la «Unión Europea de Baterías» podrían solventar este problema.
De las decisiones tomadas en los próximos tres años dependerá el futuro a medio y largo plazo de los coches eléctricos.